Disfruta tus vacaciones acompañado de una buena lectura

Perder(se) y encontrar(se): un ensayo y una crónica para vagar y detenerse a reflexionar.

Perder(se) y encontrar(se): un ensayo y una crónica para vagar y detenerse a reflexionar.

Atravesamos una nueva cuarentena a nivel país y con toda la experiencia que hemos adquirido durante este proceso, creo que pese a lo difícil de la situación, hay grandes oportunidades que podemos aprovechar en el confinamiento. La introspección y la reflexión pueden ser experiencias muy positivas.

¿Y si durante este encierro viajamos y nos perdemos a través de los libros?
¿Qué significa perderse y qué podríamos ganar?

Acá van dos recomendaciones para que #leamosencasa

Una guía sobre el arte de perderse

Rebecca Solnit
Editorial Fiordo

Este libro es una experiencia en sí mismo.

La lectura para mi es siempre un proceso. A veces es placentera, a veces no tanto, a veces es tediosa y en otras instancias parece un pequeño suspiro y quedo añorando más páginas.

Una guía sobre el arte de perderse de Rebecca Solnit, me ha tenido buscando las palabras correctas para definirla o abarcarla de alguna forma y me parece que lo que más se asemeja es precisamente eso: este libro es una experiencia liberadora.

Perderse como concepto, como acción, ha tenido siempre una carga negativa. En el mundo que hemos construido, en la sociedad en que estamos insertos, no está permitido el vagar o aventurarse a explorar lo desconocido. Parece que siempre hay que ceñirse a un plan, a una ruta.

“Aquello cuya naturaleza desconocemos por completo
suele ser lo que necesitamos encontrar,
y encontrarlo es cuestión de perderse”

Solnit nos aventura, nos mueve de un lado para otro, entre música, arte, literatura y experiencias personales, nos insta a reflexionar sobre el acto mismo de perderse pero desde la perspectiva del encontrar(se). Ahondar en la pérdida de la orientación, en la aventura de andar, no solo por un territorio en particular, sino también por la vida misma, permite que el texto de cierta forma se pierda en sí mismo, he ahí la experiencia.

Asistimos en primera instancia como espectadores a una lectura reflexiva que te absorbe. Yo misma me perdí en el texto muchas veces, pero encontré otras cosas, incluso otras lecturas que ya tengo en esa lista eterna de libros por leer.
Me perdí, pero el hilo conductor seguía siendo el mismo, la reivindicación del perderse como forma de explorar la existencia. Al finalizar este ensayo entendí que perder(se) y encontrarse(se) van de la mano y es en ese salto al vacío, en el límite de lo que conocemos que podemos hallar aquello que buscamos sin saber que lo necesitamos.

Cuaderno de faros

Jazmina Barrera
Editorial Montacerdos

¿Cuál es la imagen que evoca un faro?, ¿A qué lo asociamos?

Cuaderno de faros podría ser leído en dos dimensiones. Por un lado es un cuaderno de viajes, una crónica sobre faros que efectivamente existen en distintas partes del mundo. Hay también otros descritos que provienen de la literatura y que aparecen en obras de autores como James Joyce o Virginia Woolf y Homero. Por otro lado, es también un cuaderno sobre la fijación, el coleccionismo, sobre su amor por los faros, sus experiencias personales en torno a cada lugar, sus recuerdos en cada faro que describe. En momentos incluso parece que el faro es solo una excusa para el relato, una luz para seguir el camino en el texto mismo.

Siguiendo esta idea del vagar empecé a pensar en el faro como esa representación de luz en la inmensa oscuridad. El mar es enorme y me parece que es una buena imagen para describir lo humanamente inabarcable, lo desconocido, ¿Cuánto tiempo pasamos creyendo que más allá de los confines de lo conocido, más allá del horizonte del mar estaba el vacío, la barbarie? En esa idea de arrojarse aparece el faro como una luz, que podría ser vista también como una metáfora de la esperanza, el camino a la incertidumbre está iluminado por la imagen de un faro en medio del mar.

El relato está lleno de referencias, no sólo literarias, pues la autora nos adentra a dimensionar el faro como un tópico que se repite en el arte como una guía para el viajero. Al terminar el texto me quedo con la idea de que si la vida es en sí misma un viaje, el faro elimina esa sensación de estar a la deriva.

Un libro precioso que no me esperaba, me reafirma la idea de que siempre podemos viajar en los libros, en tiempos como los que vivimos, agradezco haber sido parte de este peregrinaje. Ya quiero salir a ver el mar y detenerme en cada faro que se presente en el camino.

Catalina
Librera Qué Leo Trapenses
Mediadora de lectura